domingo, 17 de mayo de 2009

Radical no es el que quiere, sino el que puede... pagar $50000


Una semana atrás habíamos hecho un taller de lectura en Villa Mitre para los chicos de la escuelita, leyeron cuentos y ellos mismos escribieron los suyos después de que les dimos la merienda. Una semana después allí estábamos de nuevo, en el Centro Vecinal de la villa. Nos juntamos para hacer un taller de historia oral en el que participen los abuelos, con la idea de reconstruir la historia del barrio a través de los testimonios de sus protagonistas. Todo marchaba bien, los abuelos se divertían, disfrutaban la nostalgia colectiva, muchos hace tiempo no salían de sus casas, muchos hace tiempo no contaban sus historias…
Nosotros sentíamos un calor en el pecho, un calor estimulante. Sentíamos ese calor que nos lleva a ser militantes, a creer en algo, a creer que es posible una vida mas justa, más digna, más humana, más alegre… “Estábamos reconciliando al radicalismo con la sociedad” –pensábamos-, “por que cada vez teníamos más casas radicales en los barrios, porque estábamos con los vecinos, hablábamos con ellos, les dábamos una mano en lo que podíamos, laburábamos con la juventud, hacíamos seminarios de formación política, salíamos a los medios, estábamos en la universidad, organizábamos recitales, habíamos hecho colectas para Tartagal, sumábamos gente, cuestionábamos al gobierno públicamente y exponíamos alternativas…”
Una llamada bastó para desencantarnos por un momento, pensábamos que era joda: no podían ser tan hijos de puta, pero era verdad… nos miramos todos, nos reímos irónicamente, nos revisamos los bolsillos, nadie tenía mas de cuatro pesos y con suerte alguien tenía algo de carga en la tarjeta de Saeta.
Aunque Yrigoyen estuviese vivo, fuese salteño, afiliado al partido radical, juntase 200 avales y fuese un gran referente político para el pueblo, no podría ser candidato a diputado provincial por la UCR, a menos que junto con su lista para internas abiertas también entregase $50000, sí: ¡cincuenta mil pesos!.
Sucede que la Junta Electoral que designó arbitrariamente el interventor de la UCR distrito Salta, elaboró un documento en el cual se establece como obligatorio un aporte de cincuenta mil pesos a aquellas listas que quieran participar en las Internas Abiertas del próximo 12 de Julio. Este documento fue avalado por Julio Martínez Saravia (vinculado a Mariño) y Marcelo Robles (secretario de Giubergia).
“Sinceramente, todavía no caemos en cuenta, todavía nos duele intentar comprender el desvergonzado Porqué de esta medida.
Sin embargo seguimos siendo militantes, seguimos sintiendo ese calor que usted señor interventor no siente en su pecho, seguimos ideas –como decía Alfonsín que debíamos seguir- que usted tampoco sigue, seguimos creyendo en el partido que con su conducción vapulea, seguimos en la dura lucha por la patria que queremos –la lucha que usted evade con roscas entre gallos y medianoche-, seguimos porque sabemos que el triunfo será nuestro por prepotencia de trabajo, seguimos porque sabemos que ni usted ni los suyos con sus estúpidas ideas nos van a doblegar.
Seguimos y seguiremos militando porque amamos a la Unión Cívica Radical, por eso señor interventor le exigimos que revea y repiense su manera de “intervenir” nuestro distrito. Ya cometió un grave error al subordinarnos a un candidato que fue funcionario de la dictadura, no cometa un error mucho más grosero.”

Ateneo de la Juventud Radical “Dr. Osvaldo Álvarez Guerrero”

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